sábado, 17 de abril de 2010

Ataque de Pánico

Si empezaste a leer este artículo es muy probable que vos o alguien cercano haya atravesado por esta situación y aún tengas preguntas sin contestar.

Empezando por el principio, ¿Qué es el ataque de pánico?

El ataque de pánico es la aparición repentina, imprevista, de un miedo intenso con síntomas asociados tales como: taquicardia, sudoración, nauseas, presión baja, temblores, etc. No se dan ni en un orden específico, ni aparecen todos los mencionados en los manuales. Es una experiencia que depende y está íntimamente relacionada con cada persona. Los síntomas más reportados como desagradables son el miedo a volverse loco, o miedo a morir.

Si bien su aparición es repentina, suele venir por situaciones de ansiedad pre-existentes que en algún momento se disparan con esta intensidad. Por eso es útil consultar a un profesional cuando percibimos una ansiedad fuera de la normal, y no esperar hasta último momento.

Luego de una crisis de pánico la persona puede quedar muy susceptible, con mucho miedo a repetir esta situación tan displacentera. Una de las formas de protegerse frente a ello es comenzar a evitar toda situación que pueda ser similar a la de la crisis, o que por alguna asociación considere peligrosa. De no tratarse en ese momento incipiente, el cuadro puede cronificarse, generando mayor aislamiento, temor, e invalidez.

¿Tiene tratamiento?
Por supuesto, y de muy buena respuesta.

Por el lado de la psicoterapia, se trabajará informando al paciente los pormenores del trastorno (psicoeducación), incorporando herramientas de afrontamiento frente al estrés, utilizando técnicas de relajación para el control de los síntomas, y revisando los esquemas de pensamientos negativos que producen contextos desfavorables.

En el tratamiento farmacológico también hay una valiosa ayuda, siempre a cargo de un psiquiatra que evaluará y controlará periodicamente, formando una alianza con el psicoterapeuta.

Como conclusión, es bueno prevenir para no llegar a cuadros tan agudos, pero llegado el caso de no poderlo evitar, tener en cuenta que esto sucede cotidianamente, a personas de distinto sexo y edad, que tiene tratamiento efectivo, que aceptarlo es el primer paso, y que al estar transitando un episodio es bueno saber que tiene un pico de intensidad y luego va disminuyendo. Es bueno saberlo ahora, porque en el momento la sensación puede ser de que no se va a ir más.