lunes, 5 de julio de 2010

Jack Nicholson y ¿Mejor Imposible?


En la reconocida película del director James L. Brooks, podemos observar un trastorno mucho más común de lo que se imagina, el trastorno obsesivo compulsivo, también llamado TOC.

El protagonista que padece TOC es interpretado por Jack Nicholson, quien ganó el Oscar al mejor actor.

De todas maneras no son los premios, ni lo divertida que pueda parecerle al espectador la película, sino lo interesante de ver las características psicológicas de "Melvin", personaje principal de Mejor Imposible.

Melvin es un escritor de novelas románticas, quien paradójicamente tiene dificultades para vincularse con los demás.

Su vida está repleta de rituales que lejos de ser una característica graciosa, se convierten en un impedimento para relacionarse social, laboral y afectivamente, que incluye malestares clínicos y que pueden llevarse más de una hora al día de su tiempo.

Los actos compulsivos son actos de caracter repetitivo que la persona no puede evitar y que suelen responder a pensamientos obsesivos que reconoce como propios de su mente.

Así vemos a Melvin comer siempre en el mismo restaurante, a la misma hora, en la misma mesa para ser atendido por la misma camarera. Los cubiertos los lleva él, porque tienen que ser esos y no otros (sea por la forma, por el modo de limpiarlos, u otras razones) lo cual evidencia esta rigidez en personas obsesivo compulsivas.

Un imprevisto puede atentar intensamente con esta rutina, por eso cuando la camarera falta para cuidar a su hijo enferma, Melvin decide ayudarla a pagar un doctor y así asegurarse ser atendido por ella.

Para caracterizar aún más este trastorno, podemos observar en el protagonista actos tales como prender las luces cinco veces consecutivas, lavarse cada mano con un jabón nuevo, descartar los guantes que utiliza cada vez, caminar saltando las líneas divisorias entre baldozas y ser extremadamente ordenado y pulcro.

Está claro que las personas que padecen TOC no hacen todo esto para molestarnos, pero es muy probable que nos moleste mucho. Hay que ser concientes de la no intencionalidad, y armarse de paciencia y comprensión.

Si bien en Mejor Imposible todo parece solucionarse cuando Melvin se enamora de su camarera Carol (Helen Hunt, Oscar mejor actriz), en la vida real lleva un poco más de tiempo, dedicación y tratamiento correspondiente.

Si te viste reflejado, o tenés un familiar o amigo que puede padecer lo mismo, esta película tiene una manera simpática de abordar un tema que, repito, es muy habitual y bastante penoso, con el aliciente de saber que pidiendo ayuda profesional se puede mejorar y mucho su calidad de vida, y por ende la de su entorno.

sábado, 17 de abril de 2010

Ataque de Pánico

Si empezaste a leer este artículo es muy probable que vos o alguien cercano haya atravesado por esta situación y aún tengas preguntas sin contestar.

Empezando por el principio, ¿Qué es el ataque de pánico?

El ataque de pánico es la aparición repentina, imprevista, de un miedo intenso con síntomas asociados tales como: taquicardia, sudoración, nauseas, presión baja, temblores, etc. No se dan ni en un orden específico, ni aparecen todos los mencionados en los manuales. Es una experiencia que depende y está íntimamente relacionada con cada persona. Los síntomas más reportados como desagradables son el miedo a volverse loco, o miedo a morir.

Si bien su aparición es repentina, suele venir por situaciones de ansiedad pre-existentes que en algún momento se disparan con esta intensidad. Por eso es útil consultar a un profesional cuando percibimos una ansiedad fuera de la normal, y no esperar hasta último momento.

Luego de una crisis de pánico la persona puede quedar muy susceptible, con mucho miedo a repetir esta situación tan displacentera. Una de las formas de protegerse frente a ello es comenzar a evitar toda situación que pueda ser similar a la de la crisis, o que por alguna asociación considere peligrosa. De no tratarse en ese momento incipiente, el cuadro puede cronificarse, generando mayor aislamiento, temor, e invalidez.

¿Tiene tratamiento?
Por supuesto, y de muy buena respuesta.

Por el lado de la psicoterapia, se trabajará informando al paciente los pormenores del trastorno (psicoeducación), incorporando herramientas de afrontamiento frente al estrés, utilizando técnicas de relajación para el control de los síntomas, y revisando los esquemas de pensamientos negativos que producen contextos desfavorables.

En el tratamiento farmacológico también hay una valiosa ayuda, siempre a cargo de un psiquiatra que evaluará y controlará periodicamente, formando una alianza con el psicoterapeuta.

Como conclusión, es bueno prevenir para no llegar a cuadros tan agudos, pero llegado el caso de no poderlo evitar, tener en cuenta que esto sucede cotidianamente, a personas de distinto sexo y edad, que tiene tratamiento efectivo, que aceptarlo es el primer paso, y que al estar transitando un episodio es bueno saber que tiene un pico de intensidad y luego va disminuyendo. Es bueno saberlo ahora, porque en el momento la sensación puede ser de que no se va a ir más.

miércoles, 27 de enero de 2010

Miedo a sonrojarse

Es habitual encontrarse con personas que manifiestan preocupación intensa frente a la situación de sonrojarse, o como suele decirse "ponerse colorado".
El hecho en sí, sonrojarse, es una reacción fisiológica normal frente a una situación amenazante o estresora. Podría compararse con otras reacciones fisiológicas como sudoración o taquicardia, señales de respuesta habituales frente al miedo.
En las personas de características más ansiosas, o en aquellas que por su profesión tienen que mostrarse en público, esta reacción que teoricamente es normal puede cobrar un significado cada vez más perturbador. Porque al principio sólo aparece como respuesta a una situación de ansiedad, pero después, al detectar el color o calor del sonrojamiento también funcionará como disparador de más ansiedad.
Si te sentís identificado con este problema, calma, tiene solución.
Como en todo cuadro ansioso, las técnicas de relajación o respiración pueden ser de gran ayuda si sentís que la reacción está por comenzar, o ya lo hizo.
Con más tiempo, y en el contexto psicoterapeutico, habrá que identificar por qué determinadas situaciones de exposición implican tanto riesgo, trabajar sobre la autoestima, entrenar habilidades sociales, entre otras herramientas que el terapeuta puede ofrecer.
Es el afrontamiento de estas situaciones lo que va a producir el bienestar, pues "ponerse colorado" es sólo una reacción, y cuando estas situaciones dejen de percibirse como peligrosas, la reacción no será necesaria.
Mientras tanto, tranquilidad, no es grave, tiene solución, y a partir de que reconocemos y aceptamos el problema ya estamos dando un paso adelante para resolverlo y dejarlo atrás.